El Nacional - Sábado 08/10/2011 - Chema Madoz crea metáforas visuales
El fotógrafo español establece relaciones impensadas entre los objetos cotidianos con los que trabaja
CARMEN VICTORIA MÉNDEZ
Chema Madoz es considerado un fotógrafo entre los escultores; el español prefiere definirse a sí mismo como un francotirador entre los fotógrafos. Su ojo es capaz de ver una percha en un collar de perlas, una clave de sol en una aguja enhebrada y un pubis en una copa. Las relaciones disparatadas que propone a partir de objetos cotidianos se palpan en la muestra Metáforas del pensamiento, en la que nada es lo que parece ser.
Han transcurrido 10 años desde que Madoz exhibió su obra en el país por primera vez. Lo hizo en 2001 en el Museo de Bellas Artes. Ahora regresa con una individual integrada por 30 fotografías en blanco y negro repartidas en 2 salas del sureste de Caracas: la galería Odalys y la Fundación DOP.
Las piezas exhibidas fueron elaboradas entre 1986 y 2009. "La exposición que hice en el Museo de Bellas Artes recogía un momento concreto de mi trabajo. Ahora se ha dado la ocasión de presentar una selección que de alguna manera picotea en diferentes momentos de mi trayectoria. Aunque en esta oportunidad se exhiben menos piezas, el conjunto permite saber por dónde ha ido transitando mi obra", dice el artista vía telefónica.
Madoz indica que en los últimos 20 años ha pasado de fotografiar objetos existentes para centrar su mirada en entidades que él mismo elabora. Por eso se dice que su obra está íntimamente ligada a la escultura. Sin embargo, estas creaciones nunca han sido exhibidas. "Algunos objetos son una mera solución fotográfica, por sí mismos no tienen el cuerpo necesario, la presencia física que se requiere para que sean expuestos. En los últimos tiempos me he encontrado con objetos que sí tienen esta posibilidad. No estoy cerrado a la idea de mostrarlos, han ido ganando cuerpo con el correr del tiempo, pero no me lo planteo en este momento, al menos no con fecha concreta".
La selección revela el tránsito de las escenas y decorados (en los que la figura humana era una excusa para propiciar la construcción de una metáfora visual) al puro objeto, del cual se vale el artista para construir una relación poética a través de analogías, símiles y parábolas. En su universo paralelo están presentes el humor, la ironía y la descontextualización. Madoz juega con escaleras, espejos, pianos, fósforos y tableros de ajedrez, algunos de los elementos que más se repiten en sus composiciones emparentadas con el arte conceptual y con el ready made.
El ganador del Premio Nacional de Fotografía de España en 2000 señala que algunas de las imágenes manifiestan su interés por elementos que no son puramente objetos sino que forman parte de la naturaleza. Es el caso del agua, las nubes y los árboles. A partir de fluidos, Madoz ha sugerido desde rostros hasta rompecabezas. "En concreto, el agua es símbolo de la vida. Una de las características del agua es la ausencia de una forma concreta y su capacidad para adaptarse. Me interesa su capacidad para dar formas distintas. Me atrae por su sencillez, porque permite jugar con el reflejo y con la forma".
Las obras de Madoz se caracterizan por su minimalismo, nitidez y por la ausencia de títulos que puedan condicionar las interpretaciones del espectador. Casado con el blanco y negro, asegura que la fotografía digital tiene poco que ofrecer a sus indagaciones visuales, precisamente porque se ha convertido en la técnica del "vale todo" con el photoshop. "La fotografía digital ha abierto un abanico de posibilidades, pero la técnica analógica me brinda un límite claro con el que me gusta jugar. A mí me interesa manipular el objeto y no la tecnología".